La Importancia De Las Vitaminas
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Todas las enfermedades que conocemos hoy en día están vinculadas con
la carencia de vitaminas. Por esta razón es esencial entender que papel
juegan y basar nuestra dieta en una alimentación rica en vitaminas.
Nada puede sustituir las vitaminas, minerales, la fibra o cientos de nutrientes presentes en frutas, verduras o pescado. La idea de tomar los suplementos vitamínicos no es ningún caso sustitutivo de una dieta completa y saludable, sino reforzar las carencias para evitar y prevenir enfermedades.
En términos generales debido a nuestro ritmo de
vida tan acelerado, las comidas exprés y la forma en la que nos llegan los alimentos, no aportamos todas las vitaminas necesarias a nuestro organismo.
Si el cuerpo no recibe las vitaminas que necesita de los alimentos que ingerimos, se enferma o se vuelve sensible a las enfermedades, esto ocurre especialmente en los adultos mayores. Una forma de asegurar la cantidad adecuada de vitaminas al día, es con la toma de suplementos vitamínicos, pero teniendo cuidado en no tomarlo en exceso. Para ello, se debe conocer por medio de los síntomas y análisis clínicos las carencias de cada individuo para reforzarlo con la toma de las vitaminas esenciales que nuestro cuerpo no está recibiendo correctamente.
CARENCIAS NUTRICIONALES
Una dieta equilibrada sería suficiente si la forma en la que nos llegan los alimentos a nuestro hogar fuera la correcta. Desgraciadamente tanto las formas de cultivo actuales y almacenaje de los productos de la tierra, como la alimentación de la ganadería de la vida moderna no están pensados para nutrir a la población, sino más bien para rentabilizar la industria. Esta es la triste realidad a la que nos enfrentamos hoy en día, y para poder cambiar esta situación nuestro granito de arena puede ser aportado cambiando nuestros hábitos de consumo, fomentando el consumo responsable de productos sanos, orgánicos y ecológicos que nos ayuden a mantener una vida sana. El futuro está en fomentar la agricultura y la ganadería sostenible para permitir que no se rompa el equilibrio con la naturaleza.
¿Eres consciente de la situación precaria en la que viven los pollos que comes o la alimentación que se les da a la vaca o el cerdo que ha llegado a tu nevera? La verdad que hay detrás y que no nos cuentan, es que todos estos animales son engordados en tiempo récord a base de piensos y hormonas, y todo esto en última instancia llega por medio de la cadena alimenticia a nuestro cuerpo. Nadie duda ya de cuál es el origen de las vacas locas y de otras muchas enfermedades provocadas por este tipo de prácticas ganaderas. ¡No cierres los ojos a la realidad!
En ningún otro aspecto de la vida puede aplicarse con tanta contundencia el famoso dicho "las cosas ya no son como antes". Ni el sabor de los tomates, ni el color de las tortillas, ni el aroma de la fruta son hace décadas antes de la llegada de la era industrial.
Una investigación realizada en Suiza pudo corroborar como las propiedades de los alimentos que nos llevamos a la boca hoy no son las mismas en comparación con años anteriores. Para llevar a cabo el estudio se recogieron varias frutas y verduras de un supermercado de las mismas marcas con un intervalo de una década para analizar sus propiedades y los resultados fueron escalofriantes:
Cómo he comentado al principio de este artículo, la falta de suficientes nutrientes afecta a nuestra salud. Veamos algunos ejemplos de lo que sucede con las carencias de determinadas vitaminas:
La ausencia de calcio provoca 170 enfermedades de manera directa y 1.500 de manera indirecta. Parte de las 170 de manera directa son dolores premenstruales, dolores de cabeza, calambres musculares, dolores musculares, taquicardias, trastorno del sueño, problemas de las articulaciones como artrosis, artritis, reuma y poca capacidad de reacción.
De hecho, hoy se sabe que la carencia de calcio, magnesio y omega 3 hace que las personas seamos más lentas de reflejos.
La carencia de B6 produce daños en el sistema nervioso periférico y en el central, lo que puede provocar convulsiones, ataques epilépticos y pérdidas de habilidad con los dedos.
La deficiencia de magnesio hace aumentar el estrés y las enfermedades que derivan de éste como los ataques cardíacos, la hipertensión, la irritabilidad crónica y la depresión.
Así se podría seguir comentando una a una las consecuencias de las carencias de vitaminas y minerales. La mejor recomendación sería seguir intentando una alimentación sana y equilibrada usando pocos productos procesados y para obtener todos los nutrientes complementarlo con la toma de suplementados vitamínicos.
Nada puede sustituir las vitaminas, minerales, la fibra o cientos de nutrientes presentes en frutas, verduras o pescado. La idea de tomar los suplementos vitamínicos no es ningún caso sustitutivo de una dieta completa y saludable, sino reforzar las carencias para evitar y prevenir enfermedades.
En términos generales debido a nuestro ritmo de
vida tan acelerado, las comidas exprés y la forma en la que nos llegan los alimentos, no aportamos todas las vitaminas necesarias a nuestro organismo.
Si el cuerpo no recibe las vitaminas que necesita de los alimentos que ingerimos, se enferma o se vuelve sensible a las enfermedades, esto ocurre especialmente en los adultos mayores. Una forma de asegurar la cantidad adecuada de vitaminas al día, es con la toma de suplementos vitamínicos, pero teniendo cuidado en no tomarlo en exceso. Para ello, se debe conocer por medio de los síntomas y análisis clínicos las carencias de cada individuo para reforzarlo con la toma de las vitaminas esenciales que nuestro cuerpo no está recibiendo correctamente.
CARENCIAS NUTRICIONALES
Una dieta equilibrada sería suficiente si la forma en la que nos llegan los alimentos a nuestro hogar fuera la correcta. Desgraciadamente tanto las formas de cultivo actuales y almacenaje de los productos de la tierra, como la alimentación de la ganadería de la vida moderna no están pensados para nutrir a la población, sino más bien para rentabilizar la industria. Esta es la triste realidad a la que nos enfrentamos hoy en día, y para poder cambiar esta situación nuestro granito de arena puede ser aportado cambiando nuestros hábitos de consumo, fomentando el consumo responsable de productos sanos, orgánicos y ecológicos que nos ayuden a mantener una vida sana. El futuro está en fomentar la agricultura y la ganadería sostenible para permitir que no se rompa el equilibrio con la naturaleza.
¿Eres consciente de la situación precaria en la que viven los pollos que comes o la alimentación que se les da a la vaca o el cerdo que ha llegado a tu nevera? La verdad que hay detrás y que no nos cuentan, es que todos estos animales son engordados en tiempo récord a base de piensos y hormonas, y todo esto en última instancia llega por medio de la cadena alimenticia a nuestro cuerpo. Nadie duda ya de cuál es el origen de las vacas locas y de otras muchas enfermedades provocadas por este tipo de prácticas ganaderas. ¡No cierres los ojos a la realidad!
En ningún otro aspecto de la vida puede aplicarse con tanta contundencia el famoso dicho "las cosas ya no son como antes". Ni el sabor de los tomates, ni el color de las tortillas, ni el aroma de la fruta son hace décadas antes de la llegada de la era industrial.
Una investigación realizada en Suiza pudo corroborar como las propiedades de los alimentos que nos llevamos a la boca hoy no son las mismas en comparación con años anteriores. Para llevar a cabo el estudio se recogieron varias frutas y verduras de un supermercado de las mismas marcas con un intervalo de una década para analizar sus propiedades y los resultados fueron escalofriantes:
- Las patatas habían bajado un 70% su contenido en Calcio.
- Las bananas disminuyeron un 92% en B6 y un 80% en Ácido fólico.
- Los guisantes perdieron un 61% de B6.
- Las fresas bajaron en un 80% su nivel en Vitamina C.
- Las zanahorias perdieron el 55% de Magnesio.
Cómo he comentado al principio de este artículo, la falta de suficientes nutrientes afecta a nuestra salud. Veamos algunos ejemplos de lo que sucede con las carencias de determinadas vitaminas:
La ausencia de calcio provoca 170 enfermedades de manera directa y 1.500 de manera indirecta. Parte de las 170 de manera directa son dolores premenstruales, dolores de cabeza, calambres musculares, dolores musculares, taquicardias, trastorno del sueño, problemas de las articulaciones como artrosis, artritis, reuma y poca capacidad de reacción.
De hecho, hoy se sabe que la carencia de calcio, magnesio y omega 3 hace que las personas seamos más lentas de reflejos.
La carencia de B6 produce daños en el sistema nervioso periférico y en el central, lo que puede provocar convulsiones, ataques epilépticos y pérdidas de habilidad con los dedos.
La deficiencia de magnesio hace aumentar el estrés y las enfermedades que derivan de éste como los ataques cardíacos, la hipertensión, la irritabilidad crónica y la depresión.
Así se podría seguir comentando una a una las consecuencias de las carencias de vitaminas y minerales. La mejor recomendación sería seguir intentando una alimentación sana y equilibrada usando pocos productos procesados y para obtener todos los nutrientes complementarlo con la toma de suplementados vitamínicos.
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